La obra Recuerdo que recuerdo de Carlos Moncada fue premiada en el Concurso del Libro Sonorense 2001, organizado por el Instituto Sonorense de Cultura, en el Género Crónica, por lo que es de agradecerse que en la propia introducción el autor aborde precisamente el tema que se titula: Elogio del cronista, porque su explicación nos incita a seguir el curso de la lectura de este libro con lo cual disfrutamos sus sabrosas crónicas, las cuales divide en tres partes: De Álamos a Hermosillo, Crónicas de poder, y Crónicas cajemenses.
En la primera parte leemos las crónicas: De noche caminan las estatuas, Permanencia voluntaria, El doctor Alfonso Ortiz demanda al Ayuntamiento de Álamos, y ¿Nada ha cambiado? En la segunda: Las manos de Luis Encinas, El poder de las gafas, …sino todo lo contrario, y Un alumno aventajado. En la tercera: Chamacos y pepines, Cuiden a sus pollas, La causa, y He vuelto, mi amor.
Con la lectura de este libro volvieron a mi memoria gratos momentos que viví de 1968 a 1974 en Ciudad Obregón, sobre todo con las Crónicas cajemenses, que cierran con la que titula: He vuelto, mi amor, en la cual dice: “Ahora que estoy aquí, que estás aquí, voy a contarte cosas, amor míoSin Autor”, y uno quiere saber más, piensa que le habla a una dama el autor. Al final se despeja la duda con las siguientes palabras: “Perdóname la nostalgia. Esta noche me pareció ideal para contarte cosas. Me hace feliz volver a verte, Cajeme, amor mío”.
Considero que este libro de crónicas enseña y entretiene. Lo recomiendo calurosamente. Por ejemplo, si usted quiere saber algo más de Hermosillo y de Cajeme y, de paso, aprender a escribir una crónica de la mano de una autoridad en el tema, lea este libro del reconocido escritor y periodista, Carlos Moncada Ochoa. La obra tiene 133 páginas y es posible leerla en una sentada. La puede adquirir en el Instituto Sonorense de Cultura.
