Hermosillo, Sonora, 14 de mayo de 2023
El jueves anterior, en un plan de visita amistosa y de trabajo de campo acudí al CAM número 41 de esta capital, en el que constaté de manera directa, con mis propios ojos, nada de oídas, algunos de sus procesos pedagógicos sustantivos: juegos deportivos y prácticas de oficios laborales.
El CAM número 41 es un verdadero santuario de jóvenes con alguna condición especial, que encuentran en él un espacio habitable, con ambiente muy cálido y acogedor, que se refleja en la actitud comunitaria, camaradería y hospitalidad de sus actores educativos.
Conocí desde adentro, desde las entrañas del aula, espacio casi mágico, donde transcurre el sorprendente fenómeno del conocimiento teórico y práctico, que es ante todo un fenómeno profundamente humano, derivado de una íntima conexión entre maestros y alumnado.
Nada más encomiable que la entrega de sus maestras y maestros. De eso, fui testigo ocular: vi con mis propios ojos cómo el maestro de educación física se entregaba a sus alumnos y cómo ellos respondían atentos y gozosos cada una de sus instrucciones pedagógicos.
Me adentré también hasta el taller de panadería. Lo que vi ahí me dejó con la boca abierta, como hechizado; un grupo de jóvenes extraordinariamente educados, un tanto tímidos, pero muy empeñados en dominar el arte de hacer pan en varias modalidades, con cuyos sabores cualquiera queda como encantado.
Todo eso yo lo vi, a mí nadie me lo contó. Sé también que nada de esas experiencias fecundas son posibles sin la pasión y entrega de los maestros y las maestras, como la maestra Rebeca, que lleva de la mano a sus alumnos por el camino de la integración plena, en el que combinan conocimientos teóricos y de aplicación práctica en oficios laborales.
Comparto imágenes que dan cuenta de una visita de cortesía, que no busca otra cosa que no sea estrechar vasos comunicantes, establecer una relación cercana con las comunidades escolares, propiciar más confianza y ponernos al servicio de ellas, para atender juntos los desafíos educativos, más en estos santuarios humanos y pedagógicos que demandan intervenciones muy retadoras.
¡LARGA VIDA PARA EL CAM NÚMERO 41!
Nota: El autor es Subsecretario de Educación Básica de la SEC en Sonora.
