Hermosillo, Sonora, 24 de noviembre de 2023
El domingo 20 de noviembre de 1910, a eso de las seis en punto de la tarde, era el momento indicado para levantarse en armas contra el dictador don Porfirio Díaz, quien se proponía permanecer un periodo más de gobierno, valiéndose de un escandaloso y cuestionado fraude electoral.
Luego que los diputados porfiristas dieron por buenas las elecciones presidenciales de 1910, pasándose por el “Arco del Triunfo” las protestas populares y la solicitud de “nulidad de las elecciones” que Madero les hizo, no quedó otro camino más que el uso de las armas.
Madero no era dado a los hechos de armas, pero tuvo que encarar ese desafío, dado que la presión de sus adherentes era muy fuerte; estaban resueltos a echar a los “usurpadores”, autores de aquel “fraude escandaloso e inmoral”.
Convencido de que el pueblo creía en él, Madero tomó la decisión de no traicionar su confianza, por lo que determinó ponerse a la cabeza de un gran movimiento nacional.
Para eso, proclamó el Plan de San Luis, que desconocía al dictador Porfirio Díaz y llamaba a echarlo de palacio nacional por la fuerza de las armas.
De acuerdo con el revolucionario Plan de San Luis, en su artículo séptimo establecía que: “El día 20 del mes de noviembre, de las seis de la tarde en adelante, todos los ciudadanos de la República tomarán las armas para arrojar del poder a las autoridades que actualmente gobiernan”.
En respuesta, miles de maderistas, entre ellos hombres y mujeres, obreros, campesinos, intelectuales y hasta menores de edad, tomaron las armas y al mando de sus jefes revolucionarios actuaron en acciones de guerra.
En Sonora, la lucha maderista caló hondo; contaba con militantes fervientes desde los días previos a la revolución, en los que Madero recorrió varias ciudades, entre ellas Álamos, Navojoa, Guaymas, Hermosillo y Nogales, promoviendo su candidatura presidencial.
En Navojoa, Benjamín Hill y Flavio Bórquez abrazaron la causa maderista, mientras en Guaymas, Maytorena y Adolfo de la Huerta defendían la misma bandera maderista.
Por su parte, el profesor de primaria Manuel González ayudaba a arreglar las armas; en tanto, su colega Antonio Rivera predicaba el antirreeleccionismo y se le veía en los campos de batalla, junto con su colega Leonardo Holguín quien murió en una acción de guerra.
El maderismo se extendió como pólvora. En cuestión de meses, sus fuerzas armadas aumentaron tanto las hostilidades, que el dictador Díaz no tuvo otra salida que firmar el Tratado de Ciudad Juárez, lo que puso fin a su largo periodo de 34 años de gobierno, pese al malestar del pueblo.
UN DESFILE NOVEMBRINO SINGULAR: EL PAPEL ESTELAR DE MISIONES CULTURALES
Las Misiones Culturales y sus maestros misioneros ocuparon un lugar destacado en el tradicional desfile novembrino, con motivo del aniversario 113 de la revolución maderista, que llamó a tomar las armas y tirar al gobierno usurpador del Gral. Porfirio Díaz.
Con una serie de tráileres muy vistosos, por su imponente tamaño y escenografías, que recreaban las diversas tareas pedagógicas de su cargo, como danza, música, manualidades varias e industrias pequeñas, cuyos beneficios involucran a las comunidades más desfavorecidas del estado.
Todo eso, como parte del programa conmemorativo de la Secretaría de Educación y Cultura de Sonora, que preside el doctor Aarón Grageda Bustamante, creado para rendir un sentido homenaje a las legendarias Misiones Culturales, con motivo de su aniversario número 100.
Cabe recordar que las Misiones Culturales surgieron en el contexto de la revolución, con la misión de llevar el alfabeto a las comunidades rurales, que nunca antes habían tenido escuela.
Más aún, el programa de las Misiones Culturales incluía, además de acciones de beneficio social, como fomentar estilos de vida saludable, el mejoramiento de la economía comunitaria, mediante la preparación y fomento de pequeñas industrias locales.
¡VIVA LA REVOLUCIÓN MEXICANA!
¡ARRIBA LAS Y LOS MAESTROS MISIONEROS!
¡LARGA VIDA PARA MISIONES CULTURALES!
Nota: El autor es Subsecretario de Educación Básica de la SEC en Sonora.