Hermosillo, Sonora, 4 de marzo de 2024
Ana, Fabiola y Guadalupe, son maestras normalistas graduadas en educación primaria, con 23, 13 y 11 años de carrera pedagógica, respectivamente. Ellas forman una valiosa triada docente, que comparten responsabilidades educativas en una zona escolar estatal de Hermosillo.
En días pasados, pusieron muy en alto su profesión pedagógica, el nombre de Sonora y, por supuesto, de la Secretaría de Educación y Cultura, tras haber participado en el Primer Encuentro Pedagógico para el Fortalecimiento de la Escuela Pública, que la Secretaría de Educación Pública llevó a cabo los días 28 y 29 de febrero del año actual.
En efecto, el pasado 29 de febrero, en Ciudad de los Palacios, cada una de ellas tuvo un notable desempeño en el referido encuentro, al participar como ponentes en la sala de trabajo dedicada al tema de los libros de texto, con una exposición estructurada en los usos didácticos de los nuevos libros de texto gratuitos, acompañamiento, asesoría y seguimiento, cuyos datos e información se basan en hallazgos derivados de observaciones de campo, evidencias empíricas y registros, entre otras demostraciones.
Se trata de revelaciones importantes, documentadas, escritas y expuestas por quienes tienen en sus manos la responsabilidad de orientar, cuidar y asegurar el buen manejo pedagógico de los referidos libros escolares, que forman el material básico para la enseñanza y el aprendizaje escolar.
Se antoja, a mi modo de ver, como una suerte de rendición de cuentas en materia educativa, en la que las maestras informan y hablan con un público que sabe del tema, dado que comparten la misma profesión docente, lo que hace ver muy bien a las susodichas profesoras; pinta de pies a cabeza su profesionalismo y responsabilidad ética, honradez y afinidad republicana.
Sus aportaciones son de gran valía, no sólo porque generan teoría educativa, sino también fortalecen el sistema educativo, específicamente el libro de texto gratuito, que es uno de los emblemas pedagógicos más valiosos de la historia educativa, con más de seis décadas de existencia, aunque casi siempre navegando a contracorriente, librando guerras sucias y sabotajes legaloides, auspiciados de manera sostenida por malquerientes de la Escuela Pública.
Más aún, las maestras son parte de lo mejor que tiene el sistema educativo sonorense. Cuentan con una formación académica robusta y una trayectoria docente madura. Cada una ya hila varios lustros de servicio, con plazas docentes en centros escolares oficiales.
A modo de ejemplo, Mayra Guadalupe Campa Quijada es una joven profesora de primaria, con grado de doctora en educación. Desempeña la función de directora de primaria, al tiempo que funge como Asesora Técnica, esto es brinda acompañamiento y asesoría a directoras y directores que apenas se inician en esa función.
Fabiola Miranda Álvarez es maestra de primaria. Además del título de Normal, cuenta con un doctorado en el campo de la educación. Tiene una experiencia acumulada de 13 años de trabajo escolar, donde actualmente desempeña funciones de Asesora Técnica Pedagógica.
Mención especial merece Ana Gloria Jiménez Williams, una profesora normalista de carrera consolidada, con 23 años de experiencia docente y una fecunda labor pedagógica. En sus andanzas profesionales, ella ha dejado huella en escuelas oficiales y particulares, en colectivos docentes, foros, encuentros, talleres y hasta en capítulos de libros de su propia autoría.
Cabe remarcar, Ana Gloria figura entre la llamada generación de maestras innovadoras, que contribuyeron en la formación de la Nueva Familia de Libros de Texto Gratuitos, una encomiable contribución pedagógica, que se ve materializada en los actuales libros de texto gratuitos.
Vale decir con orgullo que, hoy por hoy, pese a la guerra sucia de sus detractores históricos, dichos libros están presentes en las escuelas; gozan de aprecio entre el alumnado y el magisterio, incluyendo madres, padres y familias.
Todo eso, hay que reconocerlo, se debe en gran parte también a las maestras y los maestros, que los defendieron con entereza y civilidad, como uno de sus tesoros más valiosos.
En esa lucha, recordar que el Gobernador Alfonso Durazo, junto al Secretario Aarón Grageda y su equipo de confianza, siempre se solidarizó y les acompañó con una firmeza admirable.
Cabe esperar que más maestras y maestros sigan ese camino, en el que aprendan unos de otros; aprovechen al máximo todos los foros dispuestos especialmente para ellas y ellos, en los que puedan conversar, compartir experiencias, saberes y aprender mutuamente, mediante el diálogo entre iguales, con lo que demuestran que la autonomía docente, más que una categoría conceptual o pieza retórica, es la potestad, facultad o el dominio de las y los profesores para decidir libremente sobre el campo de su intervención profesional.
Por último, no debo ni puedo ocultar que me llena de satisfacción, de orgullo, saber que maestras sonorenses participan en foros académicos nacionales, que se ponen al tú por tú con cualquiera de sus pares de otras entidades federativas; dominan los temas de su competencia, hablan con soltura, con propiedad y se sienten seguras de sí mismas. Por eso, y más, cabe congratularnos todas y todos. Enhorabuena.
Nota: El autor es subsecretario de Educación Básica de la SEC en Sonora.