Hermosillo, Sonora, 18 de abril de 2024
Por Ricardo Aragón Pérez
La tarde del pasado lunes 15 del mes actual, asistí a una escuela primaria federal, turno vespertino, fundada en 2020 en una colonia popular ubicada hacia el sur de Hermosillo.
El propósito fue realizar la ceremonia oficial de asignación de nombre de la escuela referida, que a partir de entonces llevará el nombre de “Profr. J. Guadalupe Zamora Orozco”.
Cabe destacar que el extinto profesor fue sonorense por adopción, cuyos estudios pedagógicos cursó en la emblemática Escuela Normal Rural “El Quinto”, con sede en el Sur de Sonora.
Desarrolló un trabajo fecundo, por espacio de tres décadas, pero una terrible y fatal enfermedad le arrebató la vida, cuando su carrera docente aún tenía mucho camino por delante, dada su vocación, entrega y compromiso con la educación pública.
El profe Lupe, como cariñosamente solían llamarlo sus alumnos, fue maestro de niñas, niños pobres, para quienes era una esperanza, quizás única para cambiar su vida.
Trabajó en localidades rurales, con hijas e hijos de campesinos pobres; fundó escuelas, que inició al aire libre, sin aulas ni bancas, pero con decenas de alumnos que recibían sus enseñanzas a la intemperie.
Se le vio en los campos agrícolas, llevando la luz de alfabeto a menores hijos de jornaleros migrantes, por lo que figura entre los pioneros de la escuela de migrantes, noble modalidad educativa, que aún es una de las poquísimas esperanzas de educación para esa población.
Por eso, y más, asignar su nombre de pila a una escuela primaria pública es un buen gesto de gratitud y reconocimiento perenne a la noble y fecunda carrera docente del extinto Guadalupe Zamora Orozco.
¡HONOR A QUIEN HONOR MERECE!
Nota: El autor es subsecretario de Educación Básica de la SEC en Sonora.