Por Ricardo Aragón Pérez
Hermosillo, Sonora, 11 de marzo de 2025
Poco después de que la escuela “Cruz Gálvez” inició actividades en un local improvisado e insuficiente, a principios de 1916, afloraron diversas carencias e insuficiencias, como la necesidad de contar con un edificio más seguro, holgado y apropiado para su objeto, pero como el gobierno del estado estaba en crisis, no tenía la solvencia presupuestaria requerida, echó mano del pueblo sonorense, de todas sus fuerzas vivas y las exhortó a cooperar con recursos en efectivo, destinados exclusivamente a la construcción de un conjunto de edificios para la referida escuela “Cruz Gálvez”.
La respuesta no se hizo esperar. En todas partes del estado y en todos los sectores sociales hubo reacciones notablemente positivas, expresadas por la vía de los hechos en la realización de romerías, jamaicas, kermeses, colectas y hasta cobros de gravámenes especiales, entre otras actividades recaudatorias, con resultados más favorables que los esperados, como sucedió en las comunidades de Nacozari de García y Pilares de García, cuyos autoridades locales formaron, con ayuda de la gente de la localidad, un fondo nada despreciable, con valor de poco más de 1423 dólares, que enviaron al gobierno estatal, por conducto de su tesorería general, instancia encargada de cuidar los donativos, cuyas entradas fueron certificada por el titular y tesorero de la dependencia indicada, el 27 de noviembre de 1918.
El llamado a cooperar con el gobierno del estado hizo eco prácticamente en todos los municipios, cuyos alcaldes y cabildos pusieron manos a la obra y sin regateos se pusieron de acuerdo para poner cada uno su propio granito de arena. En Guaymas, por ejemplo, el ayuntamiento llevó a cabo una colecta de donativos en efectivo, para lo cual distribuyó varias alcancías entre los negocios porteños y otras dependencias privadas y oficiales, dando como resultado un monto de 52 pesos “oro nacional”, que luego remitió a la tesorería general del estado.
Adicionalmente, el mismo alcalde porteño puso a disposición de la instancia de gobierno otro donativo con valor de 205 pesos “oro nacional”, cantidad obtenida mediante la imposición de un gravamen especial, que consistía en cobrar un impuesto “por permisos de disfraces durante los días de carnaval”, cuyo producto estaba destinado exclusivamente para “la misma benéfica institución”.
Por si eso no era suficiente, el alcalde tenía en mente otros proyectos para ayudar al gobernador en sus planes de mejoramiento material de la “Cruz Gálvez”. Según palabras suyas, entre los días 5 y 6 de mayo llevaría a cabo en el puerto varias actividades de romerías, cuyos recursos obtenidos se repartirían en partes iguales entre la Escuela “Cruz Gálvez” y el Hospital Municipal de Guaymas.
Se trataba, sin lugar a duda, de un funcionario municipal de ideas progresistas y una actitud a todas luces optimista, que veía con buenos ojos las iniciativas y obras de interés público, más cuando éstas prometían mejorar la calidad de los servicios de salud y educación pública. De todo eso, el gobernador Plutarco Elías Calle tenía conocimiento, dada la correspondencia personal que sostenía con el munícipe porteño, amigo y coterráneo suyo, dicho sea de paso.
En marzo de 1918, el mismo alcalde escribió una carta al gobernador, en la que le informa de los envíos de donativos en efectivo y de los modos de recaudación, así como de otras actividades que tenía en puerta para hacerse de recursos, cuyos ingresos destinaría para el proyecto de construcción del edificio “Cruz Gálvez” y para el mejoramiento del hospital municipal de Guaymas, como consta en la carta referida, que a la letra dice lo que sigue:
Sr. General Plutarco Elías Calles,
Gobernador del Estado
Hermosillo, Son.
Mi estimado señor y amigo:
Cumpliendo mi ofrecimiento hecho a usted de reunir algunos pequeños donativos en una cajita de la “Cruz Gálvez”, hoy tengo el gusto de remitir a usted por conducto de la Tesorería Municipal la cantidad de $52.00 oro nacional, recogidos de la citada alcancía.
Igualmente, y por igual conducto, remito $205.00 oro nacional, dedicado a la misma benéfica institución, cantidad colectada por permisos de disfraces durante los días de carnaval.
Como las kermeses de febrero nos dieron cerca de mil pesos, que se dedicaron a reparaciones de los edificios municipales para las escuelas, hemos podido terminar los trabajos, dejando los locales muy elegantes y cómodos. Ojalá que pudiera verlos.
Ahora tengo en proyecto otras jamaicas para 5 y 6 de mayo, cuyos productos dedicaremos por iguales partes a la Escuela “Cruz Gálvez” y Hospital Municipal de este puerto.
Probablemente nos veremos antes de finar este mes y tendré el gusto de tratarle verbalmente algunos asuntitos de interés.
Me repito con el gusto de siempre su afmo. amigo, S.S. y subordinado.
Guaymas, Sonora, marzo 9 de 1918 (rúbrica)
Finalmente, queda claro que el llamado del gobernador Plutarco Elías Calles al pueblo sonorense y a todos los funcionarios de los distintos órdenes de gobierno, para cooperar en la formación de un fondo especial dedicado exclusivamente a la construcción del edificio “Cruz Gálvez”, tuvo una respuesta contundente y encomiable. Los presidentes municipales y demás autoridades locales, por ejemplo, cerraron filas con el mandatario estatal y se echaron a cuesta diversas actividades para sacar fondos y ponerlos a disposición del proyecto de construcción, lo que facilitó la realización de tan noble obra educativa, que a poco más de un siglo de su inauguración todavía sigue de pie, para orgullo del pueblo sonorense.