Para el presidente López Obrador la educación es un bien público, un eje preponderante de su gobierno. Por tanto, él mismo tomó en sus manos un proyecto transformacional de gran calado pedagógico, que parte de reconocer a las maestras y los maestros como agentes educativos clave para un cambio verdadero.
Congruente con ese ideal, se propuso echar abajo la mal llamada reforma educativa peñista, para luego impulsar una política transformacional, que pone el foco en la autonomía docente, que da libertad de ajustar los planos didácticos y métodos de enseñanza conforme a lo que realmente hace sentido a los estudiantes.
En ese proceso, hubo importantes cambios normativos, que dieron pie a la configuración de la Nueva Escuela Mexicana, con un modelo pedagógico humanista, que propone inculcar valores de solidaridad honestidad, respeto a la diversidad y vinculación con la comunidad; o sea, contrario al modelo anterior, pregonero de individualismos, memorista y ajeno al sentir comunitario.
En efecto, se trata de dejar atrás a la escuela tradicional, que enseñaba de manera fragmentada, por asignaturas, con un enfoque individualista y una evaluación en la que el valor numérico importaba más que los logros y alcances de aprendizajes.
Para el Gobernador Alfonso Durazo y el Secretario Aarón Grageda, la transformación del sistema educativo es un asunto público muy serio, que demanda compromisos de gobierno, responsabilidad institucional y mucho sentido ético.
Por consiguiente, ambos funcionarios estatales hacen causa común con la Nueva Escuela y su lucha por un cambio educativo verdadero, facilitando las condiciones necesarias para llevarlo a buen puerto.
En esa relevante tarea pedagógica, en la que está en juego un nuevo plan y programa de estudios, así como una nueva generación de libros de texto gratuitos y un renovado método de enseñanza por proyectos, nadie tiene derecho a permanecer ajeno, ya que está en juego el presente y futuro de laa formación de millones de niñas, niños, adolescentes y jóvenes.
En tal vurtud, todas y todos, especialmente, los tomadores de decisiones de la alta política, estamos llamados a poner su granito de arena, acompañar al magisterio en sus esfuerzos diarios por una nueva enseñanza, facilitar opciones formativas, acercar saberes pedagógicos y hacer alianzas sinceras, para superar juntos los desafíos que plantea lac refundación del sistema educativo mexicano.
En las imágenes, predicando con el credo de la Nueva Escuela Mexicana, recorriendo escuelas y conversando con directivos y maestros, sin dejar de lado a los alumnos y familias.
Nota: El autor es Subsecretario de Educación Básica de la SEC en Sonora.