Hermosillo, Sonora, 17 de septiembre de 2023
Luego de dos días de estancia entre pueblos del Río Sonora, con sus hermosas plazas públicas, kioscos centrales y edificios públicos laterales, entre ellos majestuosos templos católicos y modestas casas municipales, tuve la oportunidad de explorar su mundo social, cultural e histórico.
Así, supe de sus orígenes, casi todos fundados hacia el siglo XVII como misiones religiosas, y de los pobladores de antaño.
Leí y escuché atento microhistorias de la vida cotidiana, todas muy cautivadoras, por cierto; admiré la generosidad de la gente, de su sabiduría comunitaria, así como la grandeza de su arquitectura histórica.
Una decana jueza me habló, con mucho orgullo, de su oficio intelectual, en el que ya acumula no pocos ayeres sirviendo a su comunidad natal.
Percibí en ella, en su voz suave y refinada, mucho conocimiento y celo en el manejo y resguardo de libros, bitácoras y actas civiles que, a decir de ella, registran a puño y letra, matrimonios, nacimientos y defunciones, que datan desde los años de entre 1800 y 1900.
Iluminado con esos saberes y picado por una honda curiosidad de conocer más a ese respecto, otro día, a primera hora, visité su cautivadora casa, donde me esperaría desde la cinco de la mañana, con un café de talega y algunos relatos históricos más de su cosecha
Más allá de curiosidades intelectuales, me aboqué a degustar de la gastronomía local que, para mi gusto, es un verdadero deleite, y qué decir del “pan de vieja”, la “nieve de chiltepín” y el “mezcal”, que son unas delicias hechas con manos mágicas e ingenio creativo de mujeres y hombres de pueblo.
Conviví de cerca con la gente: mujeres y hombres, jóvenes y adultos, todas, todos de buen corazón y sensibilidad social, comprometidos con la preservación de la memoria histórica colectiva.
De eso, de su pasado histórico, dieron prueba cientos de estudiantes, maestras y maestros de educación básica, que respondieron al llamado de sus autoridades municipales, para participar en las actividades cívicas, culturales y artísticas asociadas al mes patrio.
Dichas actividades fueron programadas para conmemorar el aniversario 213 del inicio de la guerra de independencia que, dicho sea de paso, decenas de independentistas, entre ellos poco más de 50 presos que, arengados por el Cura Hidalgo, tomaron las armas y lucharon contra el dominio español, con más de 300 años de sojuzgamiento, al grito de:
¡Muera el mal gobierno!
¡Mueran los gachupines!
!Viva la Patria y nuestra santísima Virgen de Guadalupe!
¡Viva la América!
Nota: El autor es Subsecretario de Educación Básica de la SEC en Sonora.