Aspectos importantes del mensaje del secretario general del SNTE, maestro Alfonso Cepeda Salas, en la conmemoración del 75 Aniversario del SNTE, evento histórico que congregó a más de 100 mil agremiados del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación de todo el país, en el Zócalo de la Ciudad de México, el 5 de octubre de 2019.
¡A recuperar el origen…, con visión de futuro
y compromiso con el pueblo de México!
¡Bienvenidos, queridos trabajadores de la educación de todo el país!
¡Bienvenidos queridos amigos, compañeras y compañeros, dirigentes del SNTE!
En este encuentro nacional, celebramos con profunda emoción y orgullo, el 75 Aniversario del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
Lo celebramos este día, cinco de octubre, para conmemorar también que, desde hace 25 años, la Organización Internacional del Trabajo y la Unesco, establecieron esta fecha como el Día Mundial de los Docentes, para reconocer y rendir honores a los profesionales de la enseñanza, por su vocación y misión educativas.
Hace 75 años se fundó el SNTE bajo el lema “Por la educación al servicio del pueblo”, objetivo histórico que nos define como maestros, trabajadores y sindicalistas.
Desde hace 75 años, asumimos compromisos que hoy tienen plena vigencia:
1. Participar en la construcción de un proyecto educativo nacional basado en la educación pública;
2. Defender los derechos económicos, sociales y colectivos, así como mejorar las condiciones laborales, profesionales y de vida de los trabajadores; y
3. Promover un sindicalismo al servicio del pueblo, para impulsar el desarrollo, la justicia, el bienestar y la unidad nacional.
Hace 75 años, por decisión del Congreso de Unidad Magisterial, asumimos y reivindicamos los principios del Artículo 3° de nuestra Carta Magna.
Desde entonces, el SNTE mantiene la defensa del 3º constitucional, que constituye la base de la educación pública, obligatoria, gratuita, laica, intercultural, integral, equitativa, inclusiva y de excelencia.
Recordamos que, a principio de la década de los cuarenta, el magisterio del país estaba dividido en varios sindicatos que pretendían tener un carácter nacional. Los tres más importantes eran el Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Enseñanza (SUNTE), el Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de la República Mexicana (STERM) y el Sindicato Mexicano de Maestros y Trabajadores de la Educación (SMMTE). Existían, además, otros organismos de menor presencia nacional. Con estas agrupaciones, se fueron generando las condiciones para la unificación del magisterio nacional.
Es importante referir, que a esas alturas, los principales dirigentes de los trabajadores de la educación, comprendieron que la división sólo servía a sus adversarios, por lo que se inició un proceso de unidad que culminó con la fundación del SNTE en diciembre de 1943.
Este es un suceso de gran significado, que no debemos de olvidar, pues todos los trabajadores de la educación estaremos de acuerdo en la relevancia que tiene el valorar los sacrificios y vivencias de aquellos luchadores que, con base en la divisa de una educación al servicio del pueblo, nos heredaron un sólido Sindicato, el cual acredita avances indiscutibles en los ámbitos económico, social y profesional y continúa su permanente lucha por las demandas más sentidas de sus agremiados.
Por ello, valoramos en toda su dimensión el enorme compromiso y el gran esfuerzo de quienes fundaron el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, entre los que destacan:
Luis Chávez Orozco, primer secretario general del SNTE.
Gaudencio Peraza Esquiliano, segundo secretario general.
Vicente Lombardo Toledano, factor fundamental en el proceso de unificación del magisterio nacional.
Luis Álvarez Barret, quien presidió con gran talento, los trabajos del Congreso Constituyente del SNTE.
Valente Lozano Ceniceros, primer secretario de organización del CEN del SNTE.
Rubén Rodríguez Lozano, primer presidente del Comité Nacional de Vigilancia del SNTE.
Señoras y señores:
De gran magnitud son los cambios que hemos vivido a lo largo de nuestra historia.
Cuando se fundó nuestra organización, las demandas de los trabajadores de la educación se centraban en exigir pagos puntuales, seguridad en el empleo, derecho a la salud y seguridad social.
En todos esos años, a pesar de las adversidades, gracias a los trabajadores de la educación, el proceso educativo no se interrumpió nunca.
El Estado y la sociedad mexicana contaron siempre con la solidaridad y el compromiso del magisterio.
Hoy, nuestro país México está viviendo profundos cambios.
En el marco de la Cuarta Transformación se han aprobado un conjunto de reformas de alto contenido social, empezando, desde luego, por la reforma del Artículo 3º y sus leyes secundarias.
El Presidente nos ha dicho que los compromisos se cumplen ¡Y le está cumpliendo a los trabajadores de la educación!
Con las reformas en materia educativa:
1. Se tomaron en cuenta nuestras propuestas;
2. Los cambios legales respetan nuestros derechos;
3. Se afianza el derecho humano al aprendizaje; y
4. Además, desaparece la evaluación punitiva y se fomenta el desarrollo profesional de los trabajadores de la educación.
A diferencia de los adversarios de la educación pública, quienes tienen una visión sectaria, el magisterio sostiene que la reforma impulsada por el gobierno del Presidente López Obrador, es una plataforma para detonar un verdadero cambio educativo, superior a los de las últimas décadas.
Amigas y amigos trabajadores de la educación:
En el SNTE tenemos claro de dónde venimos y los desafíos que hemos superado a lo largo de setenta y cinco años. Nos sustentamos en nuestra historia e identidad.
Siete décadas y media de lucha sindical y educativa, de compromiso con México, nos dan una visión clara del futuro.
Nuestro futuro… ¡está unido al futuro del pueblo de México!
¡Vamos a contribuir a que éste sea un país más justo, más igualitario, más democrático, con mayor progreso y bienestar para todos!
Hoy tenemos mejores condiciones para hacerlo, respaldando con toda nuestra fuerza la transformación que impulsa el Presidente de México.
Para fortalecer la educación pública…, para mejorar las condiciones de vida de nuestros agremiados…, para ayudar a los objetivos de la Cuarta Transformación: Vamos a construir nuestro propio cambio como organización.
Un cambio verdadero, profundo, sin simulaciones… ¡que sea útil a los trabajadores de la educación, que le sirva al pueblo y a la educación!
Un cambio en la forma de hacer sindicalismo, para construir un sindicato que reclama el nuevo tiempo y que podemos sintetizar en los siguientes puntos:
1.Un Sindicalismo reivindicativo, centrado de verdad en la defensa de los derechos.
2.