Por José Guadalupe Montaño Villalobos
Hermosillo, Sonora, lunes 20 de mayo de 2024
En la LVIII Sesión Extraordinaria de Consejo Nacional del SNTE, que se llevó a cabo el viernes anterior en la Ciudad de México, en la que participamos los Concejales de la Sección 28, profesores César Adalberto Salazar López, Teresa María Olivares Ochoa, Delia Martínez García, Ismael Valdez López y José Guadalupe Montaño Villlaobos, el secretario general del SNTE, maestro Alfonso Cepeda Salas, cerró su mensaje de clausura con estas significadas palabras:
“Felicitémonos por los trabajos de esta fructífera sesión de nuestro Consejo Nacional, y que nada nos divida.
“Cerremos filas para defender la integridad de esta querida organización.
“Que no se nos olvide: Primero el SNTE, después el SNTE y siempre el SNTE. ¡Con la base todo! ¡Sin la base nada!
“¡Unidad! ¡Unidad! ¡Unidad!”. (Fin de la cita).
Los miembros de este Sindicato, el más grande del mundo, tenemos que tener un sentido institucional, lo cual significa, entre otras cosas, que abordaré en una próxima columna, estar atentos a lo que dicen los dirigentes sindicales, porque no hablan nada más por hablar, sino que buscan de manera legítima orientar el esfuerzo colectivo de todos sus representados en favor de la organización.
Por ello, tomo como base las palabras de nuestro dirigente nacional, para comentar la importancia de la unidad sindical, y dar respuesta a la pregunta ¿pará que necesitamos la unidad?
Entre otras razones, no menos importantes, necesitamos unidad, primero, para que se respeten nuestros derechos y dignidad como trabajadores de la educación; segundo, para que los planeamientos que hacemos al patrón, al gobierno, a la autoridad educativa, tengan respuestas favorables de acuerdo con la negociación que se lleve a cabo en el marco de la relación laboral; y tercero, para que las actividades que promovemos tengan buenos resultados, tantos las internas, como las que desarrollamos en el seno de la sociedad mexicana.
Ahora bien, los fundadores del SNTE nos han enseñado, que la unidad no es uniformidad de criterios, sino que debe darse en la pluralidad que existe en una organización de masas como es el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, de manera que podemos decir, de la mano de muchos buenos dirigentes que ha tenido y tiene esta organización gremial, que unidad es la disposición de todos para adecuar nuestra acción a un denominador común que es el interés colectivo, que es defender “la integridad de esta querida organización”, como bien dice el maestro Alfonso Cepeda Salas.
Pero, puede surgir la pregunta: ¿por qué es necesario defender la integridad del Sindicato? Hay muy buenas razones. Enumero tres, a reserva que en otro momento profundicemos en cada una de ellas.
Primero, porque el Sindicato representa una protección colectiva para todos sus miembros. Es el único refugio que tenemos los trabajadores. La sola existencia de la organización gremial, es un freno para muchas arbitrariedades, injusticias y abusos de los patrones, de los gobiernos y de la propia autoridad educativa.
Segundo, porque año con año, el Sindicato obtiene logros de carácter colectivo, que benefician a todos los miembros o a sectores numerosos de la propia organización, habida cuenta que se constituye para el estudio, mejoramiento y defensa de los legítimos intereses de sus agremiados.
Tercero, porque no debemos olvidar, que muchas de las conquistas que disfrutamos en la actualidad, son producto de la lucha sindical de muchos años, que ha propiciado un contexto favorable para logros personales, de modo que nadie puede decir que no le debe nada al Sindicato.
En este sentido, la historia del movimiento sindical y la de nuestra organización son muy ilustrativas. Así tenemos, por ejemplo, logros que a veces no se valoran en su justa proporción, como son, entre muchos otros, la estabilidad en el empleo; derechos consagrados en la Carta Magna y en la legislación laboral; derechos a la seguridad social, a la jubilación, al aguinaldo, a sobresueldos, a la prima vacacional, a préstamos, y, en forma medular, a la negociación bilateral con el gobierno federal y con los propios gobiernos estatales.
Por ello, recomiendo mucho que se analice también, el mensaje de apertura del maestro Alfonso Cepeda Salas, en la referida LVIII Sesión Extraordinaria de Consejo Nacional del SNTE que publiqué ayer en mi página web Magisterio en Línea, en el que informa lo siguiente:
“Logramos la basificación de casi un millón de plazas de trabajadores de la educación. Ha sido uno de los más importantes compromisos cumplidos, puesto que implica estabilidad, certeza laboral, justicia y la posibilidad de que nuestras compañeras y compañeros accedan a servicios médicos y a todas las prestaciones que por ley les corresponden. Convertimos la incertidumbre en certeza.
“Alcanzamos incrementos salariales anuales superiores a la inflación y el establecimiento de un piso salarial mínimo de 16,778 pesos. Esta reivindicación salarial beneficia sustancialmente a los docentes de plaza inicial en educación básica y a los trabajadores de apoyo y asistencia a la educación”.
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