Por Ricardo Aragón Pérez / [email protected]
Hermosillo, Sonora, 27 de noviembre de 2024
Ayer por la tarde, en el auditorio de la Sociedad Sonorense de Historia, iniciaron las actividades programadas con motivo del tradicional Simposio de Historia, que en su edición número 37, lleva por nombre: Del nacimiento a la muerte: infancias, juventudes y vejez en la historia del Noroeste de México.
Se trata de uno de los eventos educativos y culturales con más tradición e importancia del noroeste mexicano, que año con año se celebra y reúne a decenas de especialistas en la materia, que en un diálogo cara a cara con el auditorio conversan sobre temas históricos regionales, cuyo objeto principal es pugnar por el rescate, preservación y divulgación de la memoria histórica.
La meta de este simposio es llegar hasta el sábado venidero, con 10 mesas de trabajo y tres conferencias, en jornadas vespertinas de cuatros horas diarias, a partir de las cuatro de la tarde, durante las cuales habrán de presentarse como 40 ponencias y tres conferencias, además de una exposición de pintura.
Entre los temas programados sobre las infancias, figuran los relativos a la salud, muerte, seguridad, demografía e historias de vida.
Unos hablarán sobre las enfermedades histórica de niñas y niños, como la viruela de 1877; otros sobre la niñez y la guerra apache de 1848; causas de muerte pueblerina, destierro de niños yaquis y crónicas de infancias interrumpidas.
También se hablará de las juventudes, sus riegos de seguridad, posicionamientos políticos y militancia en los movimientos universitarios históricos, en los que las mujeres y madres de familia jugaron un papel preponderante.
Entre las instituciones participantes, además de la convocante, debe mencionarse a la Universidad Nacional Autónoma de México, Universidad Autónoma de Baja California, Colegio de Sonora e Instituto Nacional de Antropología e Historia, todas instancias académicas reconocidas y hermanadas en un fin común, hacer de la historia una disciplina humanista, una empresa intelectual de producción de saberes fundamentales y una herramienta pedagógica para su enseñanza.
Todos los eventos son gratuitos y ofrecen una estancia amigable, que ponen al público en contacto con uno de los inmuebles históricos de la ciudad capital, conocido como Casa Uruchurtu, que fue propiedad de una familia de abolengo de Hermosillo.
Invito a las mesas de exposiciones, en especial al número ocho, del viernes próximo a las 16 horas, en la que presentarán tres ponencias, de las que una correrá de mi cuenta.
En ella, hablaré de niñas y niños que vivieron una vida de cuadritos, debido a que eran de cuna humilde, de familias rotas, que sobrevivían en los márgenes de la sociedad posrevolucionaria, aunque había algunos apoyos para ellos; fue más una pieza discursiva que una panacea efectiva.